La anorexia nerviosa consiste en una alteración grave de la percepción de la propia imagen, con un temor morboso a la obesidad, lo que condiciona una alteración.
Las principales caracterÃsticas de la anorexia nerviosa son el rechazo a mantener un peso corporal mÃnimo, un miedo intenso a ganar peso y una alteración significativa de la percepción del cuerpo. Las mujeres afectadas por este trastorno sufren, además, amenorrea (falta de regla) aunque hayan pasado la menarquÃa (primera regla).
Generalmente la pérdida de peso se consigue mediante una disminución de la ingesta total de alimentos. Aunque los anoréxicos empiezan por excluir de su dieta todos los alimentos con alto contenido calórico, la mayorÃa acaba con una dieta muy restringida, limitada a unos pocos alimentos. Existen otras formas de perder peso, como la utilización de purgas, vómitos provocados o ejercicio fÃsico excesivo.
En la anorexia nerviosa se distinguen dos subtipos:
- -Tipo restrictivo
- -Compulsivo purgativo.
El primero describe cuadros clÃnicos en los que la pérdida de peso se consigue con dieta o ejercicio intenso, mientras que el segundo se utiliza para identificar al individuo que recurre regularmente a atracones o purgas.
En el tipo restrictivo los pacientes con anorexia nerviosa no recurren a atracones ni purgas, mientras que en el compulsivo purgativo algunos no presentan atracones pero si recurren a purgas incluso después de ingerir pequeñas cantidades de comida.
Su causa es desconocida, pero hay una serie de factores causantes de la anorexia que son una combinación de elementos biológicos (predisposición genética y biológica), psicológicos (influencias familiares y conflictos psÃquicos) y sociales (influencias y expectativas sociales). La pérdida de peso conduce a la malnutrición, que a su vez contribuye a los cambios fÃsicos y emocionales del paciente y perpetúa el cÃrculo vicioso que se sintetiza en el modelo psicosocial de la anorexia nerviosa.
La vulnerabilidad biológica de la adolescencia y los problemas familiares y sociales pueden combinarse con un clima social determinado para originar la conducta alimentaria tÃpica de los anoréxicos. La sociedad occidental está muy influenciada por la noción de que la obesidad es insana y poco atractiva, mientras que se percibe la delgadez como algo deseable.
La mayorÃa de los niños prepúberes tiene conciencia de esta actitud social, y se calcula que cerca del 50 % de la niñas prepúberes siguen una dieta o adoptan medidas de control de su peso. Cerca del 95 % de los enfermos son mujeres. En zonas donde existe escasez de alimentos es prácticamente desconocida.
El diagnóstico de la anorexia se basa no sólo en la ausencia de un origen orgánico definido, sino en la presencia de ciertas caracterÃsticas. En este sentido conviene recordar los criterios considerados por la Sociedad Americana de PsiquiatrÃa para el diagnóstico de la anorexia psÃquica:
- -Rechazo a mantener el peso corporal por encima del mÃnimo normal para la edad y talla.
- -Miedo intenso al aumento de peso o a ser obeso incluso con peso inferior al normal.
- -Distorsión de la apreciación del peso, el tamaño o la forma del propio cuerpo.
- -En las mujeres, ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos en el plazo previsto (amenorrea primaria o secundaria).
Con vistas al diagnóstico es muy importante efectuar una entrevista psiquiátrica y tener en cuenta que la mayorÃa de los anoréxicos adolescentes acude siempre a la consulta acompañada. Habitualmente es la familia la que aporta toda la información necesaria, mientras que el paciente suele defenderse y negar el comportamiento anoréxico.
Por lo general, la familia describe algunos de los siguientes sÃntomas: amenorrea, estreñimiento, preocupación por las calorÃas de los alimentos, dolor abdominal, preocupación por el frÃo, vómitos, preocupación por la preparación de las comidas -propias y de los demás-, restricción progresiva de alimentos y obsesión por la báscula, preocupación por la imagen, discordancia entre la imagen y la idea, abundancia de trampas y mentiras, hiperactividad y preocupación obsesiva por los estudios, sin disfrute de ello.
En la mayorÃa de ocasiones son los pediatras los que suelen tener el primer contacto con el paciente, aunque las consultas iniciales pueden estar condicionadas por el sÃntoma que más preocupa a la familia y al paciente. AsÃ, cuando lo que predomina es la amenorrea (falta de regla) acudirán al ginecólogo, ante el dolor abdominal al médico de digestivo, ante la disminución de peso al endocrinólogo… No es infrecuente que acudan a todos los especialistas, efectúen una auténtica peregrinación médica y no cumplan las recomendaciones.
La evaluación del paciente anoréxico debe incluir una historia exhaustiva y un examen fÃsico completo.
Las preguntas sobre el comportamiento en relación con el control del peso que pueden ser útiles son de este tipo:
- -¿cómo maneja el / la adolescente el control de su peso?
- -¿cuánto le gustarÃa pesar?
- -¿cada cuánto tiempo verifica su peso?
- -¿existe algún comportamiento adelgazante del tipo de vómitos, abuso de purgantes, uso de diuréticos o empleo de pÃldoras dietéticas?
- -¿cuál es la imagen que el / la adolescente tiene de sà mismo?
Los signos y sÃntomas de la anorexia nerviosa, tal como se ha señalado anteriormente, deben investigarse. Al mismo tiempo, también deben buscarse aquellos que puedan sugerir un proceso orgánico. De éstos, los susceptibles de confundirse con la anorexia son el hiper o hipotiroidismo, estados de malabsorción, diabetes mellitus, tumores cerebrales, obstrucciones gastroesofágicas y enfermedad de Addison.
El impacto sociológico de la anorexia nerviosa es marcado y repercute en la identidad del adulto joven. El narcisismo individual y social está en juego.
El diagnóstico, como se ha visto, no es difÃcil. Lo realmente difÃcil es el tratamiento, dadas las implicaciones individuales, familiares y sociales del sÃndrome. Se han ensayado muchos tratamientos en los pacientes anoréxicos: psicoterapia, terapia comportamental, medicamentosa, hiperalimentación, terapia familiar, etc.
Los objetivos más importantes del tratamiento son la corrección de la malnutrición y la resolución de las disfunciones psÃquicas del paciente y su familia. El fracaso en la solución de estos problemas a corto y largo plazo puede abocar al fallo terapéutico.
Normalmente, dadas las dificultades que se plantean, se aconseja el aislamiento familiar.
Se debe consultar con una persona experta y profesional para que dirija y oriente el tratamiento.
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