La gonorrea es una de las enfermedades de transmisión sexual más frecuentes, y se calcula que se producen 700.000 infecciones por gonorrea cada año en el mundo, aunque probablemente sean muchas más, ya que no se dispone de datos fiables sobre el total de infectados, ni sobre las recaídas en la enfermedad, y las reinfecciones son frecuentes.
Los expertos alertan de que la gonorrea, además de estar aumentando su prevalencia, es cada vez más resistente a los tratamientos, y se han desarrollado cepas de la enfermedad para las que los antibióticos no resultan efectivos, y que se están extendiendo por diversos países.
Recientemente, un nuevo estudio realizado en Canadá por investigadores del Public Health de Ontario, ha comprobado que la cefixima no resultaba eficaz en 13 de los 133 los pacientes con gonorrea tratados con este fármaco, que continuaban padeciendo infecciones uretrales, rectales o faríngeas tras el tratamiento.Así, la cefixima, un antibiótico que se empleaba como tratamiento de primera elección para combatirla se está dejando de utilizar porque está perdiendo eficacia, de acuerdo a las recomendaciones de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).
Actualmente, en lugar de la cefixima se recomienda ceftriaxona, un medicamento derivado de la cefalosporina que se administra por vía intramuscular.
Sin embargo, los expertos son conscientes de la facilidad con la que la bacteria responsable de la gonorrea, -la Neisseria gonorrhoeae- desarrolla nuevas resistencias, por lo que se sigue investigando para encontrar nuevas terapias alternativas.
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