- Obesidad heredada
Tener un hermano obeso duplica el riesgo de padecer esta enfermedad, afirma Markos Pachucki, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard. La investigación, que fue realizada en más de 10.000 hogares de EE.UU., demostró que las probabilidades de heredar la obesidad entre hermanos es mayor que de padre a hijo. Según el trabajo publicado en ‘American Journal of Preventive Medicine’, las posibilidades de tener problemas de sobrepeso aumentan cuando el hermano es mayor y del mismo sexo.
- El trabajo nocturno
Realizar una actividad en la noche altera el ritmo cardíaco y de ese modo hay más posibilidades de subir de peso. Esa es la conclusión de un estudio realizado por el Instituto Médico Howard Hughes en EE.UU.
Según los investigadores, las personas con actividad nocturna se alimentan durante horas en las que el ritmo cardíaco está preparado para el descanso, por lo que las posibilidades de ganar peso son mayores. El gasto energético diario es menor cuando las personas tienen horas de sueño durante el día y vigilia en las noches.
- Dormir con la TV prendida
“Estar expuesto a la luz artificial del televisor, el computador o una lámpara reduce los niveles endógenos de melatonina, una hormona que se libera durante la noche para regular los ritmos circadianos y que posee un potente efecto antioxidante y antiinflamatorio”, explica Ahmad Agil, investigador de la Universidad de Granada. El experto señala que estos efectos son negativos, ya que la melatonina protege las alteraciones metabólicas que provocan obesidad y diabetes. La recomendación del estudio, publicado en ‘Journal of Pineal Research’, es descansar en la oscuridad.
- Mujeres con estrés postraumático
Una investigación de las universidades de Harvard y Columbia, publicada en ‘Archives of General Psychiatry’, señala que las mujeres que han sufrido eventos traumáticos tienden a aumentar de peso más rápido y a tener mayor propensión a la obesidad que aquellas que no han atravesado por una situación difícil. Ello se asocia, además, a que cuando las personas viven momentos de estrés tienden a sufrir de depresión y ansiedad, a la que generalmente reaccionan comiendo alimentos ricos en azúcares y grasas.
- Las pocas horas de sueño
Comer es el mecanismo fisiológico que permite mantener la vigilia. Por ello, se considera que el déficit de sueño contribuye al aumento de peso. Una investigación publicada en el ‘American Journal of Clinical Nutrition’ ha demostrado que el sueño desempeña un papel relevante en el metabolismo energético y por esta razón, dormir más se asocia a un menor índice de masa cor
- La contaminación
Algunos desechos de pesticidas se acumulan en el tejido graso de las personas y favorece el desarrollo de la obesidad y del aumento del colesterol en la sangre. Estas son las conclusiones de un estudio realizado por la Universidad de Granada, en España, publicado en el portal científico ‘Enviromental Pollution’. Estos contaminantes se encuentran en los alimentos con altos contenidos de grasa, incluyendo las carnes y los pescados.
Fuente: El Espectador
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