Dar a los niños pequeños néctar de agave o un tratamiento placebo de agua con sabor y color pareció ayudar a reducir más los síntomas de tos de noche que no administrar ningún tratamiento, según un estudio reciente.
"Muchos pediatras sugieren no hacer nada para los síntomas de tos y resfriado aparte de mantener la hidratación y quizá administrar acetaminofén o ibuprofeno", comentó el investigador líder, el Dr. Ian Paul, jefe de la División de Pediatría Académica General del Colegio de Medicina de la Universidad Estatal de Pensilvania en Hershey, Pensilvania.
"Es posible que administrar un líquido 'placebo' dulce sea mejor para las familias y los niños que no hacer nada o, incluso peor, tomar un antibiótico innecesario", señaló, y añadió que esto es una conversación que las familias deben tener con los proveedores.
El equipo de investigación de Paul comparó tres tipos de tratamiento en 120 niños menores de 4 años que tenían una tos nocturna que duró más de una semana y que no parecía relacionarse con ninguna otra afección específica.
Se asignó aleatoriamente a los niños a uno de tres grupos: 40 niños no recibieron ningún tratamiento, 40 recibieron un placebo, y a 40 se les dio néctar de agave pasteurizado de Zarbees, Inc., que también proveyó fondos para el estudio.
El néctar de agave, un edulcorante natural, se eligió porque investigaciones anteriores han mostrado que la miel puede ayudar a reducir los síntomas de tos en los niños, comentó Paul. Pero el uso de miel no es seguro en los niños menores de un año debido al riesgo de botulismo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. El placebo tenía sabor a uva y se coloreó con caramelo, anotó el estudio.
Los padres reportaron los síntomas de los niños la noche antes y la noche después del tratamiento. Los niños que tomaron el néctar de agave y el placebo tosieron con menos frecuencia y gravedad que los que no recibieron nada, según informaron los padres. El néctar de agave no mostró un beneficio adicional respecto al placebo, según el estudio.
Los hallazgos aparecen en la edición del 27 de octubre de la revista JAMA Pediatrics.
"El efecto placebo demostrado en nuestro estudio es importante dada la falta de alternativas, sobre todo entre los niños menores de un año", dijo Paul.
La Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) no tiene actualmente ninguna recomendación para tratar la tos en los niños menores de seis años, añadió.
Los medicamentos sin receta para la tos y el resfriado no están disponibles para los niños menores de cuatro años, y hay "entre poca y ninguna evidencia" que respalde su uso en los niños mayores, señaló.
Los fabricantes que antes vendían medicamentos infantiles para la tos y el resfriado los retiraron voluntariamente del mercado en 2008 tras observaciones de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. de que los efectos secundarios de esos medicamentos podían causar un daño grave o la muerte en los niños pequeños, según la FDA.
La miel es el tratamiento preferido para la tos debida al resfriado en los niños mayores de un año, apuntó Paul. En sus investigaciones anteriores, Paul dijo que también encontró que las friegas tópicas con vapores que contienen aceites de alcanfor, mentol y eucalipto pueden aliviar la tos en los niños de al menos dos años de edad.
"Hace mucho que sabemos que los placebos pueden tener un beneficio terapéutico sustancial en una amplia variedad de afecciones", aseguró el Dr. Douglas Opel, profesor asistente de pediatría y de bioética en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en Seattle. Opel también es coautor de un editorial que acompaña al estudio en la misma edición de la revista.
Pero este estudio plantea preguntas sobre la forma en que el placebo tiene su efecto sobre los niños, y sobre qué deben hacer los médicos al respecto, comentó.
"Dado que el resultado usado en el estudio fue la calificación de los padres sobre la gravedad de los síntomas de los niños, el efecto placebo observado en realidad actúa sobre los padres", apuntó Opel. "Pero, ¿cómo? ¿Funciona el placebo a través de una creencia que el padre tiene de que la intervención funcionará, que entonces influye sobre cómo califican los síntomas del niño? ¿O se trata simplemente de la participación del padre y de su preocupación sobre el síntoma de su hijo que acompaña a la intervención?".
Opel dijo que probablemente se trata de una combinación de ambas cosas, lo que lleva a la pregunta de si un pediatra o médico de familia debe recomendar un placebo para que los padres lo administren a sus hijos con síntomas de tos.
"Si el placebo tiene un costo bajo, tiene pocos o ningún efecto secundario, y no se engaña al padre ni al paciente sobre la naturaleza del tratamiento", planteó, entonces quizá haya llegado el momento de considerar al placebo como un tratamiento.
Independientemente de que los padres elijan esa vía con sus médicos o no, deben estar alertas a síntomas que no desaparecen, aconsejó Paul.
"Cuando un niño no responde a este tratamiento, empeora o muestra otros señales de una enfermedad que empeora, consulte siempre a su proveedor de atención de la salud", enfatizó.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Ian M. Paul, M.D., M.Sc., professor of pediatrics and public health sciences, chief of the Division of Academic General Pediatrics and associate vice chair for research, Department of Pediatrics, Penn State College of Medicine, Hershey, Pa.; Douglas Opel, M.D., M.P.H., assistant professor, Division of Bioethics and Division of General Pediatrics, and adjunct assistant professor in the Department of Bioethics and Humanities, University of Washington School of Medicine, Seattle; JAMA Pediatrics Oct. 27, 2014
HealthDay
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