El bisfenol A está presente en latas, botellas, plásticos y papeles térmicos. Se conoce su posible efecto nocivo sobre el organismo: probabilidad de obesidad, riesgo de diabetes infantil, cáncer de próstata… La concentración urinaria de bisfenol aumenta hasta en un 1.600% después de consumir bebidas enlatadas en comparación con beber de botellas de vidrio.
El bisfenol A (BPA) es un compuesto químico utilizado en el envasado de alimentos; se usa en latas, botellas, plásticos y papeles térmicos. Se conoce su posible efecto nocivo sobre el organismo. De hecho, Francia ya prohibió el bisfenol A para uso alimentario.
En 2012, un estudio vinculó el bisfenol con mayor probabilidad de obesidad y el año pasado otro lo relacionó con un mayor riesgo de diabetes infantil. Además, los niveles de bisfenol A en la orina de los hombres podrían ser un marcador de cáncer de próstata. Se sabe también que el bisfenol A produce un efecto perjudicial cuando se une a receptores de hormonas, además diversos estudios señalan que su abuso suprime un gen esencial para la función de las células nerviosas y para el desarrollo del sistema nervioso central.
El consumo de bisfenol A se ha asociado con presión arterial alta y variabilidad de la frecuencia cardiaca, además de que, según demuestran estudios anteriores, el BPA puede pasar a los alimentos y las bebidas. Ahora, investigadores afirman que beber o comer de latas o botellas forradas con bisfenol A podría aumentar la presión arterial.
"Un aumento de 5 mm Hg de en la presión arterial sistólica por beber dos bebidas enlatadas puede causar problemas clínicamente significativos, sobre todo en pacientes con enfermedad cardíaca o hipertensión. Un incremento de 20 mm Hg en la presión arterial sistólica duplica el riesgo de enfermedad cardiovascular", alerta el autor del estudio, Yun-Chul Hong, de la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional de Corea del Sur.
En este trabajo, los autores realizaron un ensayo aleatorio cruzado con 60 adultos, en su mayoría mujeres de Corea, a partir de 60 años. Cada participante visitó el sitio de estudio en tres ocasiones y se le proporcionó al azar leche de soja, bien en botellas de vidrio o latas. Más tarde, se recogió su orina y se analizó su concentración de BPA, la presión arterial y la variabilidad de la frecuencia cardiaca dos horas después del consumo de cada bebida.
La concentración urinaria de BPA aumentó hasta en un 1.600% después de consumir bebidas enlatadas en comparación con los niveles detectados tras ingerir bebidas de botellas de vidrio. La leche de soja es la bebida ideal para esta prueba porque no tiene ningún ingrediente conocido que aumente la presión arterial, según los investigadores.
El estudio, publicado en Hypertension, revista de la American Heart Association, puede proporcionar información importante para los legisladores, los médicos y el público sobre los riesgos cardíacos asociados con BPA, adelantan los científicos.
"Sugiero que los consumidores traten de tomar alimentos frescos o de botellas de vidrio en lugar de alimentos enlatados y espero que los fabricantes desarrollen y utilicen alternativas saludables al BPA para el revestimiento interior de los envases de lata", concluye Hong.
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