Uno de cada cinco adultos jóvenes estadounidenses con diabetes no ha visitado a un médico en los seis meses anteriores, indica un informe reciente del gobierno.
El estudio, de investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., también encontró que los diabéticos de 18 a 39 años de edad eran mucho menos propensos que los pacientes mayores a haberse revisado la presión arterial o el colesterol en el año anterior.
"Se recomienda una atención médica continua a las personas de todas las edades que tengan diabetes, para gestionar los niveles de glucosa [azúcar en sangre], obtener servicios de atención preventiva y tratar las complicaciones relacionadas con la diabetes", escribió el equipo, liderado por María Villarroel, del Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS) de los CDC.
Según la agencia, casi uno de cada 10 adultos estadounidenses (el 9 por ciento) sufre de alguna forma de diabetes. La mayoría de casos son de diabetes tipo 2, que con frecuencia se vincula con la obesidad, y que conforma el 95 por ciento de los casos de la enfermedad. Los demás son de diabetes tipo 1, que con frecuencia surge en la niñez y que ocurre cuando el páncreas no puede producir suficiente insulina.
Para gestionar la diabetes, la Asociación Americana de la Diabetes (American Diabetes Association) recomienda actualmente que las personas visiten a un médico cada 6 meses para ayudar a manejar los niveles fluctuantes de azúcar en sangre. Entre los que tienen azúcar en sangre inestable, la recomendación es ver al médico con más frecuencia.
El nuevo informe observó los datos de salud del gobierno de 2013 sobre casi 3,600 adultos con diabetes. Encontró que el cumplimiento aumentaba con la edad: un 81 por ciento de las personas de 18 a 39 años habían visitado a un profesional de la atención de la salud en los últimos seis meses, frente a alrededor del 89 por ciento de los de 40 a 64 años, y más del 93 por ciento de los que tenía a partir de 65 años de edad.
Los medicamentos, como la insulina y otros, pueden ayudar a gestionar la diabetes. El estudio de los CDC encontró también que el número de pacientes que tomaban un medicamento contra la diabetes aumentaba con la edad, de alrededor del 71 por ciento de los que tenían de 18 a 39, a un 86.5 por ciento de los que tenían más de 65.
"El daño de la retina [ojo] y el daño nervioso en los pies son complicaciones relacionadas con la diabetes que contribuyen a [enfermedades] y discapacidades importantes en los adultos con diabetes", añadió el equipo de los CDC. Se recomiendan exámenes médicos dos veces al año para detectar esos problemas. Pero la investigación mostró que los pacientes jóvenes eran mucho menos propensos a haber consultado a un oculista o a un podólogo en el año anterior, en comparación con los pacientes mayores.
Una experta anotó que esos tipos de complicaciones son lo que hace que la diabetes sea tan letal a largo plazo.
"Todas esas complicaciones son el principal motivo de que los diabéticos sean más propensos a sufrir ataques cardiacos, accidentes cerebrovasculares, amputaciones, ceguera y diálisis, por mencionar solo unas cuantas", advirtió la Dra. Maria Pena, directora del Centro de Gestión del Peso del Hospital de Syosset de North Shore-LIJ en Syosset, Nueva York. "Contraer esas terribles complicaciones es lo que lleva a una peor calidad y esperanza de vida, además de empeorar la carga financiera de nuestro sistema sanitario".
Pero unas visitas regulares al médico podrían conllevar grandes beneficios de salud para los jóvenes con diabetes, señaló el equipo de Villarroel. Unas tasas crecientes de cumplimiento con la atención recomendada cuando un paciente aún es joven "podrían tener un impacto favorable sobre los resultados y la calidad de vida en los años posteriores", escribieron los investigadores.
Otro experto dijo que, aunque se necesita un mayor esfuerzo, más pacientes jóvenes con diabetes reciben atención que en décadas pasadas.
Pero el Dr. Gerald Bernstein añadió que las nuevas estadísticas solo ven "la punta del iceberg", porque "por debajo hay millones de personas con prediabetes, la mayoría sin diagnosticar".
Bernstein es director del programa de gestión de la diabetes del Hospital Mount Sinai Beth Israel, en la ciudad de Nueva York. "En la fase prediabética hay un deterioro subyacente, sobre todo del sistema cardiovascular, de forma que para cuando se hace el diagnóstico de diabetes clínica muchos ya sufren de un deterioro que era prevenible", lamentó.
"Si no prevenimos las enfermedades, habrá graves consecuencias médicas y económicas", advirtió.
El estudio aparece en la edición en línea del 3 de febrero de la revista NCHS Data Brief.
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