Durante los últimos 50 años se han sucedido estudios en los que se intentaba investigar sobre las diferencias de género en la susceptibilidad al dolor por enfermedad o a la recuperación.
Según algunos de esos estudios, las mujeres serían más fuertes en este aspecto porque tolerarían mejor el dolor, mientras que los hombres son más “quejumbrosos”.
Resistencia-al-dolor
Sin embargo, un nuevo estudio publicado recientemente y que analiza las diferencias entre hombres y mujeres en relación a su experiencia al dolor podría acabar con esta hipótesis al desvelar que las diferencias de las que hablábamos son mínimas.
No se trata de la tolerancia al dolor, sino más bien a la resiliencia de cada persona, es decir, su capacidad para sobreponerse a situaciones que le son adversas o a un sufrimiento crónico. Eso es lo que realmente determina su capacidad de aceptar el dolor.
Según este estudio, las personas que son más resilientes suelen aceptar que su dolor es crónico y dejan de centrar sus esfuerzos en conseguir que el dolor desaparezca. Solo quieren llevar una vida mejor pese al dolor. Estas personas suelen tener más actividad diaria y mejor estado de ánimo.
Sin embargo, las personas que tienen más miedo al dolor suelen experimentar más niveles de ansiedad y depresión, aunque solo en los varones se ha relacionado esto con una mayor intensidad del dolor. Sin embargo, en otro estudio publicado en 2013 determinaron que las mujeres perciben un dolor más intenso que los hombres en casi todas las enfermedades.
Susceptibilidad-dolor
Por tanto, podemos decir que la diferencia de género no está tan ligada como pensábamos a la susceptibilidad al dolor, ya que los diferentes resultados de cada estudio demuestran que depende del caso y que no se puede generalizar ni en el caso de hombres ni en el de mujeres.
¿Crees que hombres y mujeres son iguales ante el dolor?
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