Las regulaciones que limitan el acceso local al alcohol podrían ayudar a controlar los ataques a la pareja, sugiere un estudio.
Restringir el número de lugares donde se puede vender alcohol en una comunidad podría ayudar a reducir la violencia doméstica, afirman unos investigadores.
El equipo de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. revisó 16 estudios que examinaron el vínculo entre las regulaciones sobre la venta de alcohol en las comunidades y las tasas de violencia de pareja. Algunas de las cosas que observaron incluyeron el número de lugares donde se vendía alcohol, los horarios de las ventas de alcohol y los precios e impuestos del alcohol.
El único factor que se asoció de forma constante con las tasas de violencia doméstica fue el número de lugares donde se vendía alcohol. Los lugares incluían bares y restaurantes, y tiendas de licor, supermercados y colmados, según los investigadores.
La mayoría de los estudios encontraron que las comunidades con un mayor número de lugares donde se podía comprar o beber alcohol también tenían unas tasas más altas de violencia doméstica. El vínculo se sostuvo incluso después de que los investigadores tomaran en cuenta factores como las tasas locales de pobreza y desempleo.
Pero la asociación observada en el estudio no prueba causalidad.
"Los estudios que revisamos no indican que la densidad de centros de venta de alcohol o los centros en sí mismos provoquen la violencia de pareja", comentó en un comunicado de prensa de la revista Dennis Reidy, científico conductual de los CDC.
"Pero nuestros hallazgos sugieren que la regulación local de la densidad de centros de alcohol podría reducir las tasas de violencia de pareja en una comunidad", añadió.
Varios estados y comunidades de Estados Unidos han creado leyes para reducir el consumo excesivo de alcohol. Muchos usan leyes sobre las licencias y la zonificación para limitar la cantidad de lugares donde las personas pueden comprar alcohol.
Otras políticas contra el consumo de alcohol, como unos precios e impuestos más altos y limitar el horario de funcionamiento de los lugares donde se vende alcohol no parecen reducir la violencia de pareja íntima. Los investigadores dijeron que se necesitan más estudios para determinar por qué ocurre esto.
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