Los hallazgos sugieren la necesidad de unos mejores tratamientos para los síntomas relacionados con la menopausia, señala la autora del estudio.
Los sofocos y los sudores nocturnos relacionados con la menopausia no son un problema a corto plazo. Más de la mitad de las mujeres experimentan esos desagradables síntomas durante el cambio de la vida durante siete o más años, halla un estudio reciente.
"Las mujeres no deben sorprenderse si sus sofocos duran varios años", dijo la investigadora líder, Nancy Avis, profesora de ciencias sociales y políticas de salud de la Escuela de Medicina Wake Forest en Winston-Salem, Carolina del Norte.
Cuatro de cada cinco mujeres experimentan sofocos y sudores nocturnos en los años anteriores a la finalización de sus periodos, dejando a algunas con casi 12 años de síntomas desagradables, encontró el estudio. Y las mujeres que podían precisar su periodo final reportaron que los síntomas persistieron en promedio 4.5 años más.
Los hallazgos, que aparecen en la edición en la revista JAMA Internal Medicine, sugieren la necesidad de "más investigación sobre formas seguras y efectivas de aliviar esos síntomas", planteó Avis. Los síntomas menopáusicos afectan la calidad de vida, perturban el sueño y resultan en una peor salud física, anotaron Avis y sus colaboradores.
La menopausia, que se confirma cuando los periodos de una mujer han cesado durante doce meses consecutivos, ocurre con la mayor frecuencia entre los 45 y los 55 años de edad, según la Sociedad Norteamericana de la Menopausia (North American Menopause Society). Los síntomas que experimentan las mujeres se relacionan con unos niveles más bajos de estrógeno y otras hormonas. Los sofocos son uno de estos síntomas comunes, y son sensaciones rápidas de calor que a veces están acompañadas por sudores.
Muchas mujeres evitan una opción, la terapia de reemplazo hormonal, porque se ha vinculado con un mayor riesgo de cáncer de mama, dijo Avis. "Además, las mujeres que tienen cáncer de mama no pueden tomar terapia de reemplazo hormonal", anotó.
La semana pasada, unos investigadores reportaron en la revista The Lancet que tomar terapia de reemplazo hormonal incluso menos de cinco años tras la menopausia aumentaba el riesgo de cáncer de ovario de una mujer en casi un 40 por ciento.
Pero existen alternativas a la terapia de reemplazo hormonal, apuntaron Avis y otra experta.
"Hable con el médico sobre sus síntomas si afectan a su calidad de vida. Hay tratamientos efectivos disponibles", dijo la Dra. JoAnn Manson, jefa de la división de medicina preventiva del Hospital Brigham and Women's, en Boston, y coautora de un editorial que acompañó al estudio en la revista.
"Algunas mujeres quizá necesiten varios tipos de tratamiento para los sofocos", planteó Manson.
Unas dosis bajas de anticonceptivos orales pueden aliviar los sofocos y los sudores nocturnos en las mujeres cuyos síntomas comienzan antes de pasar por la menopausia, señaló.
Una vez pasen por la menopausia, si desean evitar la terapia de reemplazo hormonal por un periodo extendido, "quizá quieran cambiar a un tratamiento no hormonal", dijo Manson.
Avis ofreció varias sugerencias. "Como primer paso, algunas cosas sencillas pueden ayudar. Incluyen vestirse en capas; evitar la cafeína, el alcohol, fumar y la comida picante; beber agua fría, y mantener el dormitorio fresco", aconsejó.
Además, unas dosis bajas de antidepresivos como Effexor (venlafaxina) o Paxil (paroxetina) pueden aliviar los sofocos, dijo Avis.
"Las mujeres que no desean tomar fármacos, que inevitablemente tienen efectos secundarios, han probado alternativas como la acupuntura, el yoga, la respiración lenta y profunda, y la meditación", comentó. "Esas técnicas funcionan en algunas mujeres".
La cimicifuga racemosa (o cohosh negro), un remedio herbal, se anuncia ampliamente para el alivio de la menopausia, pero no hay evidencias sólidas de que los remedios herbales funcionen, dijo Avis.
Para el estudio, Avis y sus colaboradores recolectaron datos sobre 1,449 mujeres que participaron en el Estudio de salud de las mujeres de la nación entre febrero de 1996 y abril de 2013.
Todas reportaron tener sofocos y sudores nocturnos frecuentes durante al menos seis días en las últimas dos semanas.
En promedio, esos síntomas duraron 7.4 años, pero en general, mientras antes comenzaban los síntomas, más tiempo continuaban, hallaron los investigadores.
Las que tenían sofocos y otros síntomas menopáusicos antes de la transición a la menopausia sufrieron el mayor tiempo: 11.8 años fue el punto medio en ese grupo, dijeron los investigadores. Y las mujeres que pasaron por una menopausia temprana sufrieron síntomas durante unos 9.4 años.
A las mujeres cuyos sofocos y sudores nocturnos comenzaron después de la menopausia les fue mejor, ya que reportaron síntomas durante poco más de tres años, en promedio, encontraron los investigadores.
La raza y la etnia parecieron tener algo de efecto sobre la duración de los síntomas. Las mujeres negras reportaron los síntomas de mayor duración, de unos 10 años. Las mujeres japonesas y chinas sufrieron durante el tiempo más corto, 4.8 y 5.4 años, respectivamente.
Entre las blancas, el punto medio fue de 6.5 años, y entre las hispanas, de 8.9 años, encontraron los investigadores.
0 Comentarios