Las causas de picor vaginal son múltiples, pudiendo ser originados tanto por causas infecciosas como no infecciosas (por ejemplo por problemas en la piel, estrés…).
Entre las causas no infecciosas se encuentran tan diversas como el uso de productos químicos utilizados para el aseo personal (desodorantes femeninos en sprays, papel higiénico perfumado o coloreado, burbujas para el baño, tapones o toallas sanitarias, etc.) así como anticonceptivos vaginales y condones.
Las vaginitis de origen infeccioso pueden aparecer por un aumento en la virulencia de los gérmenes ya existentes en la flora vaginal, los cuales son considerados como saprófitos o habituales, o por la aparición de otros que, dada su virulencia, provocan desde el principio una reacción inflamatoria.
Deben tenerse en cuenta una serie de estados o circunstancias que actúan como factores predisponentes para la inflamación-infección de la mucosa vaginal. Estos hechos tienen más significado en unos tipos de infección que en otros. Aquí solo se citan los aspectos generales del problema recordando algunos: el cambio de clima de fresco a cálido, el embarazo que favorece la candidiasis, la diabetes, el sangrado menstrual como medio de cultivo, los anticonceptivos orales, los dispositivos intrauterinos, los antibióticos de amplio espectro, los corticoides, el Metronidazol, los tapones vaginales, los inmunosupresores, el papel nefasto de las ropas impermeables como la pantimedia, etc.
Si su picor tiene un origen infeccioso, sufrirá además un aumento del flujo vaginal, que además será amarillento y maloliente. Si esto es así, casi con seguridad se puede afirmar que sufre una candidiasis vaginal, y el tratamiento es en base a óvulos vaginales de compuestos antifúngicos (por ej. Canestén óvulos), sin ser estrictamente necesario un reconocimiento ginecológico.
Pero si usted no sufre un cuadro claramente compatible con una candidiasis vaginal, es necesario realizar una exploración ginecológica para llegar a un diagnóstico.
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