Photo Credit: rachel sian via Compfight cc
La mayor parte de las personas llevamos varios proyectos entre manos al mismo tiempo. Cuando hablo de proyectos no me refiero necesariamente a grandes logros como puedan ser aprender un idioma o acabar la carrera. También entran dentro de este ámbito pequeñas cosas como sacar la ropa de verano, arreglar ese armario que lleva meses haciendo ruido o planear un viaje durante las vacaciones. Haz la prueba y cuenta las cosas que llevas entre manos. Tanto las grandes como las pequeñas. Como mínimo llegarás a 10 proyectos sin resolver.Si eres un poco pasota quizá no te preocupe demasiado tener tantos frentes abiertos. Si por el contrario eres como yo y te incomoda la incertidumbre y la poca organización, esos proyectos sin resolver se infiltrarán en tu pensamiento en los momentos menos oportunos como por ejemplo cuando intentas estudiar. Seguro que más de una vez has abierto el libro y después de un rato sigues con la mirada fija en la misma hoja pero tus pensamientos están en otra parte. De repente te das cuenta de tu empanada mental y tratas de volver a la lectura. Sin embargo cuanto más te esfuerzas por concentrarte menos lo consigues.
Un estudio ha demostrado que los proyectos inacabados no son realmente lo que nos hace perder la concentración. Lo que nos hace perder el hilo es la incertidumbre que se deriva de no haber creado un plan (aunque sea en nuestra mente) para resolver nuestro proyecto. Es decir, lo que nos desconcentra no es tener el proyecto sin resolver sino más bien el no saber cómo resolverlo.
El estudio
Contado un poco de manera resumida, en una primera fase del experimento se les pidió a los participantes que leyeran unos libros. También se les pidió que fueran apuntando en una hoja los pensamientos intrusivos sobre tareas inacabadas que fueran surgiendo durante la lectura. A continuación les pidieron que trataran de elaborar un plan para resolver esos proyectos en su mente. Por ejemplo, una persona había tenido pensamientos intrusivos durante la lectura acerca de un viaje que aún tenía que planear. Los experimentadores le pidieron que elaborara un plan para organizarlo todo, como por ejemplo buscar vuelos esa misma tarde y reservar hoteles al día siguiente por la mañana. Estas acciones no las realizó de manera concreta, simplemente planeó hacerlas.
En una segunda fase del experimento, todos los sujetos (incluído nuestro viajero) volvieron a leer los libros. Supuestamente todos los sujetos ya habían imaginado un plan para resolver los pensamientos intrusivos que habían surgido durante la primera leída. Los resultados fueron claros: durante la segunda leída descendió el número de pensamientos intrusivos y como consecuencia pudieron leer con mayor concentración.
Este estudio puede parecer algo obvio. Sin embargo lo que me llama la atención es que nuestra mente no distingue entre un proyecto acabado y un proyecto inacabado pero planeado. Cuando elaboras un plan detallado y específico para resolver un proyecto, automáticamente desaparece de tu mente y deja de preocuparte. Muchas veces nos sentimos desbordados por la cantidad de cosas que llevamos entre manos y realmente lo único que necesitamos es un poco de organización.
La organización y la planificación no sólo te permiten hacer un uso eficiente de tu tiempo, sino que también te permiten focalizarte en cada cosa durante el momento presente sin que el resto de proyectos contaminen tu concentración.
Cuando estés estudiando y algún pensamiento repetitivo comience a infiltrarse en tu mente debes cerrar el libro de manera automática. A continuación coge una hoja de papel e invierte 10 minutos en elaborar un plan detallado para resolver ese otro proyecto. Seguro que cuando vueltas a abrir el libro, los pensamientos habrán dejado de molestarte. Le habrás hecho creer a tu mente que el proyecto ya está resuelto.
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