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Usar pendientes desde la infancia ocasiona la mayoría de intolerancia a la bisutería

La dermatitis alérgica de contacto puede afectar a cualquier persona sin distinción de sexo y edad. La incidencia de esta enfermedad es muy elevada: 1-2% de la población, siendo superior para determinados alérgenos como el níquel.

Según un artículo publicado por los doctores Juan Francisco Silvestre y Juan García Gavín, miembros ambos de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), el alérgeno más frecuente es el sulfato de níquel. En España tenemos una incidencia de pacientes con dermatitis alérgica de contacto al níquel excepcionalmente elevada ya que afecta al 30% de las mujeres, cifra que duplica o triplica la de países vecinos. Curiosamente, desde el año 2004 está en vigor una regulación Europea que limita la liberación de níquel por parte de objetos destinados a ponerse en contacto con la piel a 0,05 microgramos/cm2/ semana. Hay dos posibles explicaciones: malos hábitos o incumplimiento de la normativa europea.

“Hace 2 años realizamos un estudio en colaboración con otros especialistas españoles en el que analicé personalmente pendientes comprados en diferentes tiendas. En el estudio se certificó que la joyería comprada en mercadillos no cumplía la normativa y es por tanto fuente de exposición a este metal. En definitiva, usar pendientes desde la infancia ocasiona la mayoría de intolerancia a la bisutería”, explica el Dr.Juan García Gavín.

La alergia a fragancias es la segunda en frecuencia y es causa de eccemas crónicos, de difícil manejo y que alteran la calidad de vida del paciente: tanto los productos de higiene, cosméticos, como de uso doméstico contienen perfumes y por tanto es muy difícil de evitar.

Otras dermatitis alérgicas son las de ámbito laboral, las de origen textil y cosmético, explican los expertos. Las dermatitis alérgicas de origen laboral son causadas principalmente por las resinas, como la epoxi, las de melamina, determinados aceites de corte, isocianatos, disolventes y tintes.

La mayor parte de los alérgenos que provocan las dermatitis alérgicas en casa están contenidos en cosméticos y pueden ser conservantes, fragancias o emulgentes. La alergia a tintes también es más frecuente entre la población femenina y, afortunadamente, en los últimos años están apareciendo unos nuevos que no contienen parafenilendiamina base (causa de la mayoría de alergia a coloraciones capilares), que permiten teñirse el pelo a las personas alérgicas.

Metilisotiazolinona
Sin duda el alérgeno más importante de los últimos dos años ha sido la metilisotiazolinona, que está ocasionando una verdadera epidermia de alergia. Se trata de un conservante presente en muchos productos cosméticos, de limpieza domésticos, bricolaje, barnices, pinturas o pegamentos.

En el año 2005 se aprobó el uso de esta sustancia como conservante para su uso en cosméticos con un límite de concentración de hasta 100 partes por millón. En el año 2010 se publicaron los primeros casos de alergia a esta sustancia contenida en cosméticos: la mayor parte de los pacientes presentaban lesiones perianales o en manos y tronco por el uso de toallitas húmedas. Posteriormente han aparecido miles de casos de alergia a esta sustancia en lo que se ha llegado a calificar como auténtica epidemia.

¿Qué productos contienen esta sustancia? Determinadas toallitas húmedas, jabones de manos, champús, cremas hidratantes, cremas de manos, productos de limpieza (lavavajillas, limpiadores de vitrocerámica), pinturas, barnices, etc.

¿Qué síntomas presentan los pacientes? Lesiones cutáneas pruriginosas, ronchas, picor. No siempre es fácil intuir que un producto puede hacer daño. De hecho, muchas veces los pacientes lo cambian para descartar una posible alergia sin darse cuenta de que el nuevo producto puede tener ingredientes en común con el anterior. Además, un paciente se sensibiliza de repente. No importa que lleve utilizando un producto años y años.


La Sociedad Europea de Dermatitis de Contacto está luchando para que en la Unión Europea se disminuya la concentración máxima permitida en todos estos productos.
El único tratamiento eficaz de la dermatitis alérgica de contacto es evitar las sustancias que le producen alergia. Por ello es tan importante el diagnóstico: han de realizarse pruebas epicutáneas para verificar o descartar sensibilizaciones.

No todo son alergias

“El término “alergia cutánea es muy popular entre la población general pero es utilizado de forma inadecuada y excesiva, pues la mayoría de los pacientes creen que la dermatitis que padecen es de naturaleza alérgica”, explica el Dr. Juan Francisco Silvestre. “Las enfermedades cutáneas que suelen englobarse dentro del término “enfermedades alérgicas” de la piel son la urticaria, la dermatitis atópica y el eczema de contacto. La mayoría de médicos consideran que estas enfermedades tienen una causa alérgica, pero esto no es así en la mayoría de los casos”, opina el experto.

La urticaria sólo es de causa alérgica en el 1 % de los casos (frecuencia algo mayor en la población infantil). La dermatitis atópica no es una enfermedad cutánea alérgica “per se” aunque los pacientes atópicos son proclives a padecer alergias alimentarias, asma y rinoconjuntivitis de naturaleza alérgica y su dermatitis se puede ver complicada por un eccema de contacto alérgico.

La dermatitis o eccema de contacto es una inflamación de la piel (rojez, hinchazón, vesículas, descamación, sequedad, fisuras,) que se produce tras el contacto con una sustancia química. El 80 % de los eczemas de contacto son de origen irritativo y el 20 % son de causa alérgica. Por tanto la mayoría de alergia cutáneas corresponden a eccemas de contacto alérgico pero, aunque es frecuente, lo es menos de lo que creen muchos médicos y la población general.

Fuente: Consejos de tu farmaceutico

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