La Casa Blanca instó a los estadounidenses a vacunar a sus hijos después de que el número de personas infectadas con sarampión superase el centenar.
La mayoría de los casos se concentran en California, donde el brote comenzó en el parque de atracciones de Disneylandia.
Estados Unidos se declaró libre de sarampión en el año 2000, pero las autoridades sanitarias expresaron precoupación por el creciente número de padres que se oponen a la vacunación.
El brote ha renovado el debate sobre el movimiento antivacunación, que se basa en los posibles efectos secundarios.
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