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¿Podría su trabajo ayudar a preservar su cerebro al envejecer?

El trabajo mentalmente estimulante podría mantener la mente aguda, afirma una investigación.


 Los trabajos que requieren tareas intelectualmente desafiantes podrían ayudar a conservar las habilidades de pensamiento y memoria a medida que los empleados envejecen, sugiere un estudio reciente.
Los investigadores compararon las puntuaciones de coeficiente intelectual (CI) obtenidas más o menos a los once años de edad de más de mil escoceses con sus puntuaciones de memoria y razonamiento alrededor de los 70. Los científicos hallaron que los que tenían trabajos mentalmente estimulantes parecieron retener un pensamiento más agudo incluso años tras la jubilación.
Los investigadores, de la Universidad de Edimburgo, puntuaron los empleos de los trabajadores según su complejidad respecto a las personas, los datos y otros aspectos. Los trabajos con datos complejos podrían conllevar coordinar o sintetizar datos, por ejemplo. Unos trabajos menos complejos podrían conllevar comparar o copiar datos.
En los trabajos con los demás, unos empleos más complejos conllevaban la enseñanza, la negociación o las mentorías. Unos roles menos complejos podrían conllevar seguir instrucciones o ayudar.
"Vimos que a los que tenían unos trabajos más complejos en general les iba mejor en varias medidas de la capacidad cognitiva", comentó el autor del estudio, Alan Gow, profesor asistente de psicología de la Universidad de Heriot-Watt y del Centro de Envejecimiento Cognitivo y Epidemiología Cognitiva de Edimburgo, en Escocia.
"Eso no fue necesariamente sorprendente... pero pudimos añadir un giro interesante [porque] teníamos datos de la capacidad cognitiva de nuestros participantes en la niñez", añadió Gow.
El Dr. David Knopman, vicepresidente del Consejo Asesor Médico y Científico de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association), alabó la nueva investigación "tan buena y exclusiva", pero apuntó que se trató de un estudio observacional que no podía probar que la complejidad del empleo conduzca a unas mejores habilidades de pensamiento a medida que las personas envejecen.
"Pero dice que las cosas que hacemos en el transcurso de la vida pueden plantear una diferencia en la reducción del riesgo de demencia, y eso es algo bueno", añadió Knopman, que también es profesor de neurología del Colegio de Medicina de la Clínica Mayo, en Minnesota. "Obviamente no es una solución rápida. Si alguien no está usando su cerebro de una forma estimulante y desafiante, y decide de pronto hacerlo, esto no dice [que funcionará]".
La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia, un deterioro de las habilidades de pensamiento, razonamiento, juicio y la capacidad de realizar las actividades cotidianas. Más de 5 millones de estadounidenses padecen de la enfermedad de Alzheimer, según la Asociación del Alzheimer.
El estudio de Gow se une a una cantidad creciente de investigaciones que apoyan la idea de la "reserva cognitiva". Esa es la teoría de que un ambiente mental más estimulante ayuda a proteger las habilidades de pensamiento a medida que las personas envejecen, a pesar de un posible deterioro del cerebro.
Gow y su equipo analizaron varios niveles de complejidad del trabajo usando el Diccionario de Títulos de Ocupacionales. Los empleos que califican mucho en cuanto a la complejidad del trabajo con las personas son, por ejemplo, abogado, trabajador social, cirujano y agente de libertad condicional. Los empleos que califican más bajo en cuanto a la complejidad del trabajo con las personas son trabajador de fábrica, encuadernador, pintor y alfombrista, según los investigadores.
En cuanto a la complejidad del trabajo con datos, los empleos de puntuación alta incluyen arquitecto, ingeniero civil, diseñador gráfico y músico. Los empleos con unas puntuaciones más bajas son trabajador de construcción, operador de teléfono o camarero, reportaron los investigadores.
Gow y Knopman anotaron que las personas con unos CI más altos tendían a tener unos empleos más complejos. Eso hace que sea más difícil discernir si la inteligencia innata alta o la estimulación laboral es un factor más potente en un mejor envejecimiento del cerebro.
Gow dijo que se pidió a los participantes del estudio que vuelvan a hacerse más pruebas de memoria y razonamiento entre los 70 y los 76 años de edad. Gow y su equipo pueden usar esos resultados para examinar cómo la complejidad ocupacional afecta a las habilidades del cerebro a una edad incluso más avanzada, además de otros factores del estilo de vida y del ambiente.
"Todo esto forma parte de una programación más amplia de investigación que busca comprender mejor cómo las habilidades cognitivas [de pensamiento] cambian con la edad, e identificar los factores que lo predicen", planteó Gow.

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