Los temblores son sacudidas no intencionales en una o más partes del cuerpo.
La mayoría de los temblores ocurren en las manos. También pueden presentarse en el brazo, la cabeza, la cara, las cuerdas vocales, el tronco y las piernas. Son comunes entre las personas de mediana edad y en los ancianos, pero cualquiera puede tenerlos.
Ocurren comúnmente entre las personas sanas. Sin embargo, algunas veces las enfermedades neurológicas como la enfermedad de Parkinson o la distonía, el hipertiroidismo o ciertas medicinas pueden causarlos. El consumo excesivo de alcohol también causa temblores, ya que mata determinadas células nerviosas. Algunas formas son hereditarias y tienen una tendencia familiar. Otras son de causa desconocida.
La mayoría de los temblores no tiene cura. El tratamiento para aliviarlos depende de su causa. En muchos casos, las medicinas y, algunas veces, las intervenciones quirúrgicas pueden disminuir o suspender los temblores y mejorar el control muscular.
Los temblores no son peligrosos para la vida. No obstante, pueden resultar penosos y dificultar hacer las labores cotidianas.
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