El grosor del recubrimiento del nervio óptico pareció asociarse con las probabilidades de muerte del paciente durante el periodo del estudio.
El nervio óptico del ojo podrÃa proveer pistas sobre la supervivencia de un paciente de accidente cerebrovascular (ACV), indica un estudio reciente.
La investigación se enfoca en el revestimiento que rodea al nervio óptico, que conecta al ojo y al cerebro. Utilizar un ultrasonido para medir el grosor del revestimiento podrÃa ayudar a detectar a los pacientes con un riesgo más alto de muerte en un plazo de dÃas o meses debido a una presión más alta dentro del cráneo, según un equipo de la Universidad de Florida, en Gainesville.
"El ultrasonido del nervio óptico se puede usar para evaluar la inflamación en el cerebro, que a veces ocurre tras un ACV mayor", explicó el autor del estudio, el Dr. Vishnumurthy Hedna, profesor asistente de neurologÃa de la universidad.
"Esto se puede realizar al observar el diámetro del nervio detrás del ojo con imágenes de ultrasonido, ya que se cree que a medida que el cerebro se inflama, la presión se transmite hacia los ojos", dijo Hedna en un comunicado de prensa de la Asociación Americana de Accidentes Cerebrovasculares (American Stroke Association).
El equipo de Hedna presentó los hallazgos el miércoles en la reunión anual de la Asociación Americana de Accidentes Cerebrovasculares en Nashville, Tennessee.
El estudio incluyó a 86 pacientes de ACV de los que se sospechaba que sufrÃan de una acumulación de presión en el cráneo. Todos se sometieron a ultrasonidos para evaluar el revestimiento del nervio óptico.
Entre los pacientes de ACV isquémico (provocado por un coágulo sanguÃneo), el diámetro promedio del revestimiento fue de unos 5.8 milÃmetros en los que luego murieron, frente a unos 5.3 milÃmetros entre los que sobrevivieron, señalaron los investigadores.
Entre los pacientes de ACV hemorrágico, el diámetro promedio del revestimiento fue de alrededor de 6.2 milÃmetros en los que luego murieron, en comparación con unos 5.7 milÃmetros entre los que sobrevivieron, mostraron los hallazgos.
Por cada aumento de un milÃmetro en el diámetro del revestimiento, el riesgo de muerte en un plazo de seis meses fue cuatro veces más alto en los pacientes de ACV isquémico, y seis veces más alto en los de ACV hemorrágico, reportaron los investigadores.
Los investigadores también encontraron que mientras más grande era el diámetro del revestimiento del nervio óptico, mayor era el riesgo del paciente de estar discapacitado seis meses tras el ACV.
Los datos presentados en reuniones médicas por lo general se consideran como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales. Pero Hedna cree que la nueva prueba podrÃa instar a los médicos a "tratar el ACV con fármacos que reducirÃan las presiones cerebrales".
Ahora, la presión dentro de la cabeza se monitoriza directamente dentro del cráneo o con una punción espinal. El ultrasonido óptico es una prueba sencilla y segura al pie de la cama, apuntó Hedna.
"Otros métodos son invasivos, conllevan radiación y no son rentables", añadió.
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