Un Día Como Hoy se descubre la proteína que provoca la resistencia a la insulina y, como consecuencia, el desencadenamiento de la diabetes mellitus tipo II.
Un grupo de investigadores de Estados Unidos ha descubierto el elemento que provoca que el cuerpo humano se vuelva resistente a la insulina y, como consecuencia, que padezca diabetes del tipo 2. Hasta esos momentos solo se sabía que la obesidad era un factor de riesgo importante para desarrollar esta enfermedad, pero se desconocía el mecanismo que relacionaba el sobrepeso y la resistencia a la insulina. Estos científicos, que trabajan en el Joslin Diabetes Center de Boston, han descubierto cómo el exceso de peso causa una leve inflamación en el hígado y cómo ésta, a su vez, provoca resistencia a la insulina tanto en dicho órgano como en todo el cuerpo. corazón
El estudio, que se publicó en el número de del mes de febrero de 2005, en la revista Nature Medicine, también señala que esta inflamación se puede inhibir con salicilatos, una familia de fármacos que incluye la aspirina, aunque es pronto todavía para deducir que podrá utilizarse en el futuro como tratamiento. Lo que sí es cierto es que el hallazgo permite sentar las bases para tratar en el futuro la resistencia a la insulina, que es una de las causas de la diabetes del tipo 2.
En casos El otro tipo de diabetes, el llamado de tipo 1 o juvenil, se caracteriza porque el páncreas deja de producir insulina por completo. En ambos casos, la principal consecuencia es un aumento del nivel de azúcar en la sangre, lo que a largo plazo produce daños en diversos órganos.
El elemento que ha sido identificado por los investigadores de Boston como el activador de la resistencia a la insulina es una proteína llamada factor de transcripción nuclear kappa B (NF-kB). Este factor se encuentra en el núcleo de las células y es uno de los activadores más importantes de la inflamación.
El equipo del Joslin Diabetes Center utilizó para sus investigaciones ratones que gozaban de buena salud y que estaban delgados. Primero los hicieron engordar y luego observaron cuál era el tejido que había absorbido más grasa: el del hígado. Después, mediante técnicas de alteración genética, activaron el factor NF-kB en los hígados de los ratones delgados y después calcularon los niveles de insulina y glucosa de su sangre y observaron que se habían disparado. "Lo que hicimos fue provocar la diabetes mediante una pequeña inflamación", añadió Shoelson.
Fuente. El País
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