No tomar los medicamentos recetados puede resultar en unas consecuencias graves para la salud, indican los expertos.
Los altos precios de los medicamentos en Estados Unidos podrÃan estar perjudicando a las mismas personas para las que están destinados, según sugiere el nuevo informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Aproximadamente un 15 por ciento de los adultos de EE. UU. han pedido a su médico una alternativa más barata, hallaron los investigadores. Además, casi el 2 por ciento han comprado medicamentos recetados de otros paÃses (donde los medicamentos podrÃan estar regulados o no) y más del 4 por ciento han probado con las terapias alternativas.
"Estas personas están dejando de tomar sus dosis, toman menos medicamentos o retrasan el momento de surtir las recetas", dijo la autora del informe, Robin Cohen, estadista de salud del Centro Nacional de EstadÃsticas de Salud (NCHS) de los CDC.
No tomar los medicamentos recetados puede tener consecuencias graves, señaló la coautora, MarÃa Villarroel, jefa de la rama de proyectos especiales del NCHS.
"Las personas que no toman los medicamentos que les recetan acaban siendo hospitalizadas más veces, hacen más visitas a emergencias y tienen más problemas por sus enfermedades", comentó Villarroel.
Se observó que no tomar los medicamentos recetados por problemas económicos se producÃa a cualquier edad, pero mucho más en personas menores de 64 años. TenÃan casi el doble de probabilidades de no tomar los medicamentos para ahorrar dinero que las personas de a partir de 65 años de edad (el 8.5 por ciento frente al 4.4 por ciento).
Aunque más del 5 por ciento de las personas de entre 18 y 64 años no tomaron las dosis o tomaron menos medicamentos para ahorrar dinero, menos de un 3 por ciento de las personas de a partir de 65 años de edad practicaron esas tácticas.
Además, retrasar el momento de surtir una receta para reducir los gastos fue reportado por aproximadamente el 7 por ciento de las personas de entre 18 y 64 años, y aproximadamente por el 3 por ciento de las personas de 65 o más, halló el informe.
Los investigadores usaron los datos de la Encuesta nacional de entrevista de salud de 2013 para el informe y publicaron los hallazgos en la revista NCHS Data Brief. En general, hallaron que el 7.8 por ciento de los adultos reconocieron no estar tomando los medicamentos recetados por los altos precios.
El seguro era un factor clave en si los pacientes tomaban los medicamentos recetados o no, hallaron los investigadores. En los adultos menores de 64 años, aproximadamente el 6 por ciento con un seguro privado dejaron de tomar los medicamentos para ahorrar dinero, en contraste con el 10.4 por ciento de los que estaban en Medicaid y el 14 por ciento de los pacientes sin seguro.
Los adultos más pobres (los que tenÃan ingresos por debajo del 139 por ciento del nivel de pobreza [aproximadamente 27,300 para una familia de tres el año anterior]) eran los más propensos a no tomar los medicamentos recetados por problemas económicos, señalaron los investigadores.
"Un mal seguimiento del uso de los medicamentos recetados es un problema significativo con consecuencias potencialmente graves", convino el Dr. David Katz, director del Centro de Investigación sobre la Prevención de la Universidad de Yale.
Con respecto a muchos medicamentos, tiene sentido que las aseguradoras públicas y privadas retiren todos los obstáculos para el acceso y, si acaso, que añadan incentivos, dijo Katz.
"No tomar un medicamento importante puede causar complicaciones, un mal resultado y unos costos mayores", dijo Katz. "El paciente, el que paga y potencialmente el público, todos salen perdiendo en esta situación. Quitar todos los impedimentos económicos es un buen lugar para empezar".
Los Centros para Servicios de Medicare y Medicaid de EE. UU. sugieren las siguientes maneras en que los pacientes pueden ahorrar dinero con respecto a los medicamentos:
- -Tome medicamentos genéricos u otros de bajo coste.
- -Elija un plan de seguro que tenga la cobertura adicional de medicamentos.
- -Piense en los planes de asistencia para los medicamentos ofrecidos por las farmacias y los estados.
- -Solicite a Medicare y a la Seguridad Social que le ayuden a reducir los gastos.
- -Solicite ayuda a organizaciones caritativas de su comunidad para los gastos de los medicamentos.
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