Cuando describimos como psicótica a una persona o una serie de conductas, se está utilizando un término general que quiere transmitir la idea de impotencia inadaptada, pérdida de control, incapacidad de comunicarse con sentido, y tal vez de alguien raro, loco o extravagante.
Se suele utilizar en tono peyorativo, sin embargo, en el ámbito profesional se utiliza en términos muy generales para referirse simplemente a un conjunto de síntomas, sin tener en cuenta aún la causalidad, tratamiento o duración.
Una idea de las psicosis es que son trastornos graves del autocontrol con actividad excesiva o insuficiente. Cuando hay presente hiperactividad, podemos observar agitación, desorganización o falta de control.
Si tenemos hipoactividad, se advierte retirada o catatonia (un tipo de inmovilidad física).
La persona psicótica se caracteriza por la impulsividad e incapacidad de ir aprendiendo normas que vayan ayudándole a autocontrolarse. También puede darse lo contrario, pero siempre por una misma causa: la falta de distinción entre fantasía y realidad.
Lo que imaginan es igual de real que lo que ven o lo que viven, incluso más, como aquél que se cree Napoleón. Viven en su propio universo pensando que los demás están equivocados, y que ellos están en posesión de la verdad. De hecho todos nacemos siendo psicóticos, viviendo en nuestra burbuja, pero vamos aprendiendo, interiorizando normas que nos permiten adaptarnos, interactuando para poder salir de nuestro egocentrismo. Este es el proceso normal, sin embargo algunas veces no se desarrolla, y el niño queda encerrado en sí mismo, como es el caso del autismo.
Un ejemplo simple de comportamiento psicótico son los celos, en los que la idea generada por la imaginación es tomada como real. Ejemplos de trastornos psicóticos son la esquizofrenia, y el trastorno paranoide de la personalidad.
Antes se creía que la etiología de la conducta psicótica radicaba en un muy deficiente trato al niño por parte de sus progenitores. Se consideraba que era una consecuencia de una extrema falta de afecto y unas condiciones de vida muy deficientes. Sin embargo hoy en día hay consenso respecto a la presencia de predisposiciones genéticas, y factores que inciden en el desarrollo del embrión como desnutrición o gripe en la madre gestante.
0 Comentarios