Un estudio halla que ambos grupos tienen tasas parecidas de complicaciones.
"Este trabajo ha mostrado que los resultados para las madres que recibieron un trasplante en la niñez son similares a los de las madres que lo recibieron siendo adultas, y debería dar tranquilidad a dichas madres y a sus médicos con respecto a que el inicio temprano de su insuficiencia renal y un periodo más largo de exposición tras el trasplante a la inmunosupresión no afecta de manera adversa a los resultados de sus embarazos", escribieron los investigadores.
Los investigadores revisaron los datos de mujeres en Australia y Nueva Zelanda que habían recibido un riñón nuevo y quedaron embarazadas al menos una vez entre 1963 y 2012.
Hubo 101 embarazos entre las 66 mujeres que se sometieron a un trasplante de riñón cuando eran niñas, lo que se definió como recibir un trasplante antes de los 18 años de edad. Hubo más de 600 embarazos entre las 401 mujeres que se sometieron a un trasplante de riñón en la edad adulta.
En el momento del embarazo, las del grupo del trasplante en la niñez tenían una edad promedio de 25 años con un trasplante en funcionamiento durante 10 años. Las del grupo del trasplante en la edad adulta tenían una edad promedio de 31 años con un trasplante en funcionamiento durante 6 años, según el estudio.
En el 76 por ciento de los embarazos de las del grupo del trasplante en la niñez se produjo un nacimiento vivo, al igual que en el 77 por ciento de los embarazos de las grupo del trasplante en la edad adulta. El estudio halló que las tasas de nacimiento prematuro (menos de 37 semanas de embarazo) fueron de un 45 por ciento en el grupo del trasplante en la niñez y del 53 por ciento en el grupo del trasplante en la edad adulta.
El porcentaje de bebés prematuros que eran pequeños para su edad gestacional fue del 22 por ciento en el grupo del trasplante en la niñez y del 10 por ciento en el grupo del trasplante en la edad adulta, hallaron los investigadores.
Las tasas de bebés a término completo que eran pequeños para su edad gestacional fueron del 57 por ciento en el grupo del trasplante en la niñez y del 38 por ciento en el grupo del trasplante en la edad adulta. Esas tasas eran mucho más altas que en la población general, indicaron los investigadores.
El estudio aparece en la edición en línea del 20 de febrero de la revista JAMA Pediatrics.
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