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El retraso en la consulta contribuye a la mortalidad elevada por COVID-19, advierte la Organización Panamericana de la Salud



BUENOS AIRES, ARG. La percepción de los pacientes de que los servicios de salud están colapsados y el consiguiente retraso en la consulta puede estar influyendo en las tasas elevadas de mortalidad por COVID-19 que se verifican en algunos países de la región, señaló este miércoles 16 un funcionario de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

"En muchos casos, las personas esperan hasta último momento para ir a servicios de salud por la percepción de que los servicios tienen una ocupación muy alta. O recurren a Facebook o YouTube [para buscar consejo]. Y eso incrementa el riesgo de personas infectadas por COVID-19 sobre todo quienes tienen condiciones de salud que pueden agravar la condición", dijo el Dr. Ciro Ugarte, director de Emergencias en Salud del organismo, durante la sesión informativa semanal desde Washington, Estados Unidos.

La advertencia se produce cuando la región de las Américas alcanzó en la última semana lo que la Dra. Carissa Etienne, directora de la OPS, definió como "dos hitos sombríos": más de medio millón de muertes y casi 15 millones de casos registrados, aun cuando los países de la región han comenzado a reanudar su vidas social y pública.

En algunas zonas de Colombia y Argentina, los contagios se duplicaron en dos semanas; se verificaron "picos drásticos" en islas grandes del Caribe, y la tasa de mortalidad está aumentando en algunos lugares de México, mientras se observan tendencias similares en partes de Ecuador, Costa Rica y Bolivia, manifestó.

De acuerdo con los datos de la Johns Hopkins University, tres países de la región lideran el ránking global de muertes cada 100 casos confirmados o tasa de letalidad: México, Ecuador y Bolivia.[1] Y cuando se toman los diez primeros, también aparecen en la lista Perú, Colombia y Brasil.

Cuando se consideran las muertes por cada 100.000 habitantes, tasa de mortalidad, la región también presenta datos preocupantes: entre los primeros diez lugares, están (en orden decreciente) Perú, Bolivia, Chile, Ecuador, Brasil, Estados Unidos, México y Colombia. En el cuarto lugar asoma España. 

Se ignora cuántas de estas muertes podrían atribuirse a demoras en la consulta, una situación que también conspira contra la posibilidad de cortar la cadena de transmisión mediante el aislamiento eficiente de los casos y el rastreo de contactos.

Otras barreras

Pero el temor a no recibir atención es solo uno de los factores que explicarían la demora.

"En Mexico, la ignorancia sobre los temas de salud es grande y por lo general la población espera hasta que el problema se le sale de las manos para tomar acción. O usa seudotratamientos o remedios mágicos que dan la falsa creencia de que no pueden presentar COVID-19", dijo el Dr. Alfredo González Alcocer, médico y estudiante de doctorado en ciencias, en el Departamento de Histología de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León, en San Nicolás de los Garza, México.

Las barreras en el transporte son otro factor que puede dilatar el acceso a servicios de salud, dijo el Dr. Mario Valerga, infectólogo del Hospital de Enfermedades Infecciosas Muñiz, en Buenos Aires, Argentina, un centro de referencia para la atención de pacientes con COVID-19.

"Estamos recibiendo muchos pacientes de provincia. Los que pueden vienen por sus propios medios. Otros o se sienten mal y esperan para viajar o se vienen en Uber o remís [auto con chofer que se contrata en una agencia], pero avisando que tienen síntomas y el chofer decide", señaló el Dr. Valerga. 

Otras razones que podrían incrementar la reticencia a concurrir al hospital son la aprensión al procedimiento de testeo (hisopado); el estigma social o la culpa asociados al diagnóstico; la amenaza de perder ingresos económicos o libertades en el caso de resultar positivo, sobre todo, cuando los síntomas son leves, según publicó The Conversation en una nota sobre las personas que no quieren ser testeadas.[2]

También, la negación. "Nos acaban de internar a una señora que hace 10 días que está con síntomas. Ella estaba convencida de que era una gripe. La trajo la familia a la fuerza", contó el Dr. Valerga.

Las consecuencias del retraso pueden ser graves. "Si alguien busca atención en el día 6 en lugar del día 2, los niveles de saturación de oxígeno pueden bajar considerablemente y ser muy tarde para iniciar una terapia con esteroides que pueda revertir la tormenta de citoquinas que ya causaron todo ese daño", aseguró el Dr. González.

Otras intervenciones parecen ser menos efectivas cuando se administran en pacientes graves o después de los 3 días del diagnóstico, como la administración de plasma de convalecientes, aun cuando no existen a la fecha pruebas concluyentes.

En su intervención, el Dr. Ugarte dijo: "Es necesario incrementar el acceso a servicios de salud, informar a la población de que esos servicios están disponibles".

El retraso en la consulta de pacientes con síntomas de COVID-19 se suma a otros retrasos por afecciones no relacionadas, como enfermedades crónicas o incluso eventos cardiovasculares agudos, por temor a contagios o ignorancia de que esos servicios se están proveyendo.

Un estudio muestra que, en los primeros meses de la pandemia, 4 de cada 10 personas en Estados Unidos pospuso alguna forma de atención médica por miedo a COVID-19, siendo los hispanos, aquellos con alguna discapacidad y los que tenían dos o más afecciones subyacentes fueron los más proclives a evitar la consulta.

Referencias

Johns Hopkins University. Mortality analyses. 2020. Consultado el 17 de septiembre. Fuente

Williams J, Haire B. Why some people don't want to take a COVID-19 test. The Conversation. Publicado el 3 de julio de 2020. Fuente

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