Cuando el cuerpo humano entra en contacto directo con una fuente de electricidad, la corriente lo atraviesa, produciendo lo que se llama un choque eléctrico. Dependiendo del voltaje de la corriente y la duración del contacto, este choque puede causar desde una incomodidad leve hasta lesiones graves y hasta la muerte.
Los niños, particularmente los niños pequeños, experimentan choques eléctricos con más frecuencia cuando muerden los cables eléctricos o insertan objetos metálicos como tenedores y cuchillos en enchufes desprotegidos o aparatos eléctricos. Estas lesiones también pueden ocurrir cuando los juguetes, aparatos y herramientas eléctricos se usan de forma incorrecta, o cuando la corriente eléctrica hace contacto con el agua en la que un niño está sentado o parado. Los relámpagos son responsables de aproximadamente el 20 por ciento de todos los casos que ocurren. Los árboles de Navidad y sus luces son un peligro de la época.
Qué debe hacer
Si su hijo entra en contacto con electricidad, siempre intente desconectar la corriente eléctrica primero. En muchos casos podrá desconectar el cable o apagar el interruptor. Si esto no se puede, considere intentar retirar el cable vivo, pero no con sus manos sin protección, lo cual lo pondría en contacto con la corriente eléctrica también. En cambio, intente cortar el cable con un hacha de mango de madera o un cortador de cables bien aislado, o aleje el cable del niño con un palo seco, una revista o periódico enrollados, una cuerda, un abrigo u otro objeto grueso y seco que no conduzca la electricidad.
Si no puede retirar la fuente de la corriente eléctrica, intente alejar al niño. De nuevo, no toque al niño con las manos desprotegidas cuando está unido a la fuente de la corriente eléctrica, pues su cuerpo le transmitirá la electricidad a usted. En cambio, use un material no conductor como el hule (o los ya descritos) para protegerse a sí mismo mientras lo libera. (Precaución: ninguno de estos métodos está garantizado a menos que la corriente se pueda apagar).
Tan pronto como se apaga la corriente eléctrica (o se aleja al niño de la misma) verifique si el niño respira, el color de la piel y si responde. Si no respira o el corazón no late, o es en una forma demasiado rápida o irregular, use Reanimación cardiopulmonar (RCP) inmediatamente para restaurar la respiración y los latidos, y pídale a alguien que busque ayuda médica de emergencia. Al mismo tiempo, evite mover al niño si no es necesario, pues un choque eléctrico grave puede causar una fractura de la columna vertebral.
Si el niño está consciente y al parecer el choque fue leve, revise si tiene piel quemada, especialmente si la boca fue el punto de contacto con la corriente. El choque eléctrico puede causar daño a los órganos internos que puede ser difícil de detectar sin un examen médico. Por eso, todos los niños que hayan recibido un choque eléctrico significativo debe visitar al médico.
En el consultorio, el médico limpiará y curará cualquier quemadura leve resultado de la electricidad. Es posible que el médico ordene pruebas de laboratorio para revisar si hay señales de daño a los órganos internos. Si el niño tiene quemaduras graves o cualquier señal de daño cerebral o al corazón, deberá hospitalizarse.
Prevención
La mejor forma de prevenir las lesiones eléctricas es cubrir todos los enchufes, asegurarse de que todos los cables estén debidamente aislados, esconder los cables para que su hijo no los alcance y proporcionar supervisión de un adulto siempre que haya niños en un área con peligros eléctricos potenciales. Los aparatos eléctricos pequeños son un riesgo especial alrededor de las tinas del baño y piscinas.
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