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Arsénico en el agua de pozo puede aumentar el nivel en la fórmula infantil, según un estudio


Los investigadores encontraron que las cantidades totales eran bajas, pero recomendaron hacer pruebas del agua del grifo de extracción privada.

El agua usada para mezclar la fórmula infantil tiene el rol más importante con respecto a si los bebés alimentados con fórmula están o no expuestos a unos mayores niveles de arsénico, según un estudio reciente.

Las familias que usan agua de pozo en lugar del agua municipal quizá deban revisar los niveles de arsénico, ya que el agua de pozo no está regulada por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de EE. UU., sugirieron los autores del estudio.

El estudio también encontró que los bebés alimentados con fórmula ingerían y excretaban más arsénico que los bebés amamantados. Pero las cantidades detectadas son bajas, y no deben ser motivo de preocupación, dijo la coautora del estudio, Kathryn Cottingham, profesora de biología del Colegio Dartmouth en Hanover, New Hampshire.

"El hallazgo más significativo fue que la exposición al arsénico en la primera infancia de esta población de EE. UU. es bastante baja, independientemente del modo en que se alimenten", apuntó Cottingham. "La mayoría de los bebés de nuestro estudio, incluso los alimentados con fórmula, estaban expuestos a niveles muy bajos de arsénico".

Los hallazgos aparecen en la revista Environmental Health Perspectives.

Estudios anteriores han mostrado que el polvo de la fórmula también contiene rastros de arsénico, apuntaron los autores del estudio. En los lugares donde los niveles de la toxina son altos, la exposición al arsénico se ha vinculado con una menor función mental en los niños.

Los investigadores midieron los niveles de arsénico en el agua del grifo de 874 familias de New Hampshire cuya agua potable provenía de pozos privados no regulados.

También evaluaron el arsénico en la leche materna de 9 madres, y en la orina de 72 bebés de 6 semanas de edad.

En general, los niveles de arsénico en el agua del grifo tendían a estar muy por debajo del límite máximo recomendado por la EPA, de 10 microgramos por litro (mcg/L), hallaron los investigadores. La cantidad media (o sea que la mitad tenía menos y la mitad más) fue de menos de 1 mcg/L.

El agua del grifo de alrededor del 10 por ciento de las viviendas tenía niveles de arsénico por encima del límite recomendado, y la cantidad más alta fue de 189 mcg/L.

"Dado que la población de nuestro estudio usa agua de pozos privados, que no están regulados, las familias pueden tener mucho arsénico en el agua sin saberlo", dijo Cottingham. "Las familias deben buscar pruebas para las fuentes privadas de agua. Los departamentos estatales de salud pueden ofrecer orientación sobre los laboratorios acreditados y las pruebas recomendadas".

Los investigadores encontraron que la cantidad de arsénico en la orina de los bebés alimentados con fórmula era aproximadamente 7.5 veces más alta que la encontrada en los bebés amamantados, pero que seguía siendo baja en general, señaló Cottingham.

Las cantidades medias de arsénico en la orina de todos los bebés fue de 0.17 mcg/L, y la cantidad más alta fue de 3 mcg/L, reportaron los investigadores.

"Sin duda no hay una evidencia que amerite una ansiedad indebida como resultado de los hallazgos de este estudio entre las personas que amamantan a sus bebés con exclusividad o que usan agua pública o embotellada para mezclar la fórmula", comentó el Dr. Kenneth Spaeth, jefe de medicina ocupacional y ambiental del sistema de Salud North Shore-LIJ en Great Neck, Nueva York.

Las cantidades en el agua embotellada y en la pública fueron similares, encontraron los autores del estudio. Cottingham anotó que algunas compañías de agua embotellada proveen datos en sus sitios web sobre los contaminantes posibles en su agua.

Según las cantidades de arsénico en el agua de grifo, los autores estimaron que los bebés alimentados con fórmula ingirieron aproximadamente 0.04 microgramos por kilogramo por día de arsénico, frente a 0.22 microgramos por kilogramo en los bebés amamantados.

Alrededor del 70 por ciento de la exposición al arsénico de los bebés alimentados con fórmula provino del polvo de la fórmula, estimaron los investigadores, según investigaciones anteriores. Pero cuando la exposición de un bebé al arsénico era alta, la cantidad más alta resultaba sobre todo de los niveles elevados en el agua, señalaron.

Algunos expertos en salud pública creen que el estándar de la EPA de 10 mcg/L debe bajarse, comentó Spaeth.

El máximo de Nueva Jersey es de 5 mcg/L, anotó Cottingham.


Pero esos niveles máximos solo aplican al agua municipal o a las compañías privadas de agua que tengan más de 15 conexiones de servicio y ofrezcan servicios a al menos 25 personas, según la EPA.

La EPA anotó que el arsénico, que ocurre de forma natural en el lecho de roca, no puede verse ni saborearse en el agua.

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